Corvata abre el juego: canciones, amigos y un sonido que se está armando.
Estuvimos en la presentación de "Alto viaje" y fue una celebración. De esas que recuerdan por qué amamos esta escena: caras queridas por todos lados, familia y amigos de años cruzándose, músicos a un metro y un plus inesperado: Patricio Casal dibujando en vivo mientras se cruzaban las charlas. Hubo anécdotas, risas y esa vibra íntima de sala chica donde el artista y el público comparten el mismo aire.
El proyecto CORVEX nació como un gusto personal de Corvata y hoy late como banda. Las dos primeras canciones (2020) llegaron en modo power trío, incluso grabando a distancia. Después todo tomó otro color. El golpe de timón es “Flash/Trash”: tema largo, dos movimientos, y una sonoridad única gracias a los instrumentos artesanales junto a Chapu de Minoría Activa, y se consolidó la idea estética: menos grito constante, más matices y dinámica. Las melodías empezaron a marcar el rumbo. Lo que viene está en marcha. Hay nueve canciones y material para “otro disco más”.
Para su proyecto con ARDE LA SANGRE el cierre de año trae fechas en Perú, México y Uruguay; en enero–febrero arranca la grabación del nuevo disco. Y 2026 pinta con actividad plena: Arde la Sangre se encuentra afilada para girar por el país y la chance concreta de España por primera vez. Sobre volver al pasado CARAJO, la respuesta fue directa: no hay plan de reunión con proyectos anteriores.
La filosofía que atraviesa todo: el arte necesita tiempo. El motor es humano y cercano —pareja, amigos, comunidad—, con una ética que mira hacia adentro antes de señalar. Esa mezcla explica la calidez que se respiró en la tarde/noche con entrevistas, videoclip, abrazos y dibujo en vivo.
Me quedo con esta frase de Corvata: “Hacer más música que nunca”. Si Alto Viaje es el despegue, lo que viene promete mucho más.
Por Luisa Carballo


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