Festejen existir: Shaila llegó a Obras

 Más de una vez los Shaila dejaron en claro que antes que una banda son un grupo de amigos. Ayer entre chistes, emociones y canciones, cumplieron el sueño quegerminaron en los 90’s de tocar en Obras.

“Ya no estamos para estos trotes” se escucha decir a un grupo de amigos mientras cruzaban Avenida del Libertador bajo una torrencial tormenta para presenciar el primer Obras de la banda después de 31 años de vida. Los Shaila hicieron ese mismo chiste de la mano de su guitarrista Santiago Tórtora desde que empezaron el concierto con “Cuando no quieras sentir” entre flashes blancos y cenitales rosas jactándose (o sufriendo) de que “todavía quedan 30 canciones”.

Repasando clásicos como “Somos”, “Te vi (dos)”y “Tratando de encontrarla” y canciones más nuevas como “Exarhia”, “Contraindicado” y su último estreno “Canción perdida”, que según contaron estará presente en su próxima placa, el quinteto de Flores marcó un hito en su propia historia con un Obras autogestionado compartiendo noche con Jordan y Rodia, bandas con las que Shaila tiene una relación de décadas.

Promediando el show Joaquín presenta “A Emilia”, una canción que compuso pensando en su hija hace más de 11 años para que cuando él “no esté más, ella sea mejor persona” que él. “Si peleas, pelea. Si amas, amá. Si vas a dar, da más” canta Joaco y se quiebra. Yasser Eid se cuelga la guitarra a un costado y va a abrazarlo. El público sigue cantando y envuelve en un aplauso a ambos. Sí, los Shaila son amigos antes que una banda y esta es una de las secuencias de la noche que lo dejan más que claro.

Un punto fuerte de la noche llegó con “Leviatán”. Una bandera de Palestina en el escenario, con Yasser reivindicando sus orígenes con una remera que reclamaba “Palestina Libre” y la introducción del bajista, Pablo Coniglio, recordando que la canción tiene 16 años y todavía no cambió nada en el conflicto en Gaza. “El fracaso regional” e “Incendio global” fueron también hitos políticos para recordar que Shaila es eso: compromiso y militancia.

“A ver esa platea si se mueve un poco que parece que fueron al cine a ver una película de mierda” bromeó Tórtora y acto seguido levantó a la popular mientras la banda afinaba y se preparaba para seguir. “Olé olé olé Shaila” vitoreaba el público al son del bombo de Guido Hernán Diez mientras Joaco filmaba al público para un vivo cortito de Instagram.

Llegando al final del recital Pablo Coniglio bajó del escenario y tocó de “Bajo el agua” al ras de la valla mientras llovían cuerpos del mosh. Ya habían pasado canciones de sus primeras grabaciones como “Skyscrapers” (cover de Bad Religion), “El engaño”, “Festejen existir” y “Otra canción”, que según contó Guillén el recital tuvo este nombre porque los fans la cantaron en el último concierto a beneficio que realizaron y no la tenían preparada.

 “Libertad”, “Utopía” y “Martes” sonaron también pero a capella por el público con complicidad de la banda, este último cuando de la mano de Tórtora que empezó cantándola después de preguntar si había unanimidad para festejar los 20 años del disco “Mañanas”.

“Mañanas” fue justamente el tema elegido (como siempre) para cerrar el show con las luces prendidas con agradecimientos y emociones previas. Para sorpresa de la banda y del público no fue el último, porque después del “una más y no jodemos más” la banda covereó nuevamente a Bad Religion con “Do what you want” para, ahora sí, cerrar la noche que cumpliría el sueño de tocar en El Templo del Rock de ese grupo de amigos de colegio que decidió formar una banda hace 31 años.



Crónica realizada por Joan Rojo.
Fotografías de Florencia Bravo.
Edición por Luisa Carballo.



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